Con ojo avizor

Al leer artículos de prensa y escuchar noticias, debemos hacerlo con mente abierta, pero con criterio vigilante. Hay que tener ojo avizor, especialmente con algunos titulares y afirmaciones, veamos un ejemplo:

* Más de 3 millones de personas han salido de la pobreza.

* “Por primera vez en Colombia hay más clase media que pobres”.

* “si una persona recibe más de $ 217.043 mensuales ya supera la pobreza”.

Hemos de analizar siempre, si los mensajes son claros y veraces en su contenido, o si por el contrario pueden tener objetivos no manifiestos o algún contenido subliminal que apunte a intereses bien distintos de lo que se dice. Pensemos (aunque se diga que los índices e informes son técnicos) si ellos son la expresión de algo cierto o por el contrario son un análisis frío y quizá irreal de lo que en verdad sucede, desdibujando el entorno y dando faltas expectativas que puedan de pronto adormecer un poco nuestras conciencias porque diríamos entonces: ‘las cosas van en buen camino, en mejoría, es decir van bien’.

No es claro, digamos, cómo la cifra planteada para el año 2015 por el organismo competente de nuestro país (Colombia), de un ingreso mensual por persona de $ 217.043 pueda ser suficiente para salir de la pobreza. Esto traduciría en otras palabras que quién gane $7.234,77/día, ¡subió de clase social, salió de la pobreza y llegó a la clase media!

¿Será que, con una cantidad tan mínima como ésta, un hermano nuestro, se las pueda arreglar para subsistir dignamente, cubriendo, aunque sea en forma parca: alimentación (no solo para calmar el hambre, sino que llene los requisitos nutricionales); descanso, vivienda, transporte, educación, salud y algo de recreación entre muchas otras necesidades?

Las cifras son realmente frías y sin alma, no olvidemos que nuestro país (Colombia) ocupa el puesto 12 en mayor desigualdad de ingreso entre 168 países del mundo, de acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

Aún tenemos terrenos por cultivar: el de la conciencia personal y el de la colectiva, en la búsqueda de un mundo más equitativo y con menos desigualdad. No es comprensible esas enormes diferencias: ¿cómo es posible que puedan morir niños de hambre en nuestro país, donde 1 de cada 2 personas es obesa y donde algunos derrochan la comida?, bien decía el periodista argentino Martín Caparrós, autor del libro ‘El Hambre’, al mundo no le falta comida sino corazón.